
Hay tantas verdades en el Evangelio de Cristo que llenan nuestro corazón de gozo. Sobre esa cruz nuestro Señor derramó su vida como el perfecto sacrificio de amor y de esa manera pagó el precio necesario para pagar por nuestro pecado. Una vez y para siempre se realizó el pago que nos permite ahora acercarnos a Dios Padre confiadamente y saber que tenemos vida eterna en Él. Ahora no tenemos que hacer nada para ser salvos sino confiar plenamente en su sacrificio; arrepintiéndonos de nuestros pecados recibimos el perdón que Él ganó en la cruz y ahora Él es el Señor de nuestra nueva vida.
Pero hay más, al tercer día, después de haber muerto nuestro Señor resucitó de entre los muertos. Con su poder venció la muerte y ahora sabemos que si permanecemos en Él tenemos en nosotros el poder vencer nuestro pecado y la victoria segura. La muerte ya no es enemiga sino el vehículo que me lleva a una eternidad con Él. ¡Cuánto gozo!
Nuestro Cristo vive. Mi Señor reina y esto llena mi corazón de paz y victoria, pero espera, el Señor ya pagó y venció, pero la obra no ha terminado. Tristemente muchos cristianos nos gozamos en todo lo que nuestro Señor Jesús ha hecho por y en nosotros pero olvidamos que Él no ha terminado su obra. En el corazón de nuestro Señor Salvador está que cada ser humano en el planeta tierra tenga acceso a estas buenas noticias.
La palabra Evangelio en el griego no era un concepto o una idea como muchos piensan hoy. La palabra se refería a una cosa, un mensaje escrito que traía buenas noticias. Evangelion, “Buenas noticias”. Cuando un mensajero llegaba con un evangelion traía buenas noticias. Podía ser una invitación a una boda o el reporte de una victoria militar, pero siempre producía gran gozo.
Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. Marcos 16.15
Luego de resucitar y restaurar el corazón de los discípulos con su perdón, el Señor les envía, les da una orden. “Muchachos, ya todo está pagado pero el trabajo no ha terminado”. Era necesario llevar a TODO el mundo el mensaje de buenas noticias. Este mensaje que llevamos contiene el reporte de la victoria en una guerra, la victoria final en la guerra contra el pecado. Jesús pagó el precio y ahora hay salvación en Él. Todos deben escuchar estas noticias. Pero también es una invitación a una boda. El Cordero se unirá eternamente a su pueblo y nadie nunca le separará de Él. La invitación no es tan solo a asistir sino a ser la novia, todos están invitados, ¿Quieres ir?
Cristianos, el entendimiento de lo que Él ha hecho, el gozo que produce su salvación y la victoria que nos ha dado debe producir en nosotros también el anhelo de ser parte de su obra. El mundo debe escuchar las buenas noticias y somos los mensajeros de Dios. Amarrémonos bien las cintas de nuestros zapatos y vayamos a entregar el mensaje de Buenas Noticias a toda criatura. El trabajo no ha terminado, ánimo pies de Cristo, vamos a llevar el mensaje.