
Los grandes hombres de la Reforma – Martin Lutero, Ulrich Zwingli, John Calvino, y los demás asociados con ellos, declararon sus creencias en una seria de “solas” (solae si estás muy interesado en el Latín). En Latín, sola significa “solamente” o “por sí solo.” De ahí derivan nuestras palabras "solo" y "solitario". Las declaraciones clásicas solas de la Reforma eran y son las siguientes:
Sola Scriptura (la Escritura sola)
Sola Fide (la Fe sola)
Sola Gratia (la Gracia sola)
Sola Christus (Solo Cristo)
Sola Deo Gloria (A Dios solo la Gloria)
SOLA SCRIPTURA APARECE EN EL PRIMER LUGAR EN LA MAYORÍA DE LAS LISTAS DE LAS CINCO SOLAS, Y POR UNA MUY BUENA RAZÓN.
La Biblia es el libro que realmente se sostiene por sí solo. Es único en su continuidad, en su circulación, en sus traducciones, su supervivencia, su honestidad, su fiabilidad y su influencia. La Biblia se sostiene por sí sola.
Sin embargo, cuando los reformadores proclamaron la Sola Escritura, lo que ellos realmente tenían en mente era declarar la fuente de autoridad de todo cristiano. Nuestra autoridad fundamental es Dios, y Dios ha expresado su mente y su voluntad por medio de la Santa Biblia, las Escrituras hebreas y griegas que normalmente llamamos el Antiguo y Nuevo Testamento.
Dios expresa su mente y su voluntad de otras maneras. Se revela por medio de la creación (Romanos 1:20). Dios se revela a si mismo en la conciencia del hombre (Romanos 2:15). Dios también puede hablar por medio de tradiciones (1 Corintios 11:2). No obstante, ninguna de esas cosas son la máxima autoridad. La Palabra de Dios – la Biblia – siempre es la máxima autoridad (2 Timoteo 3:16).
ASÍ QUE, DECIMOS SOLA SCRIPTURA PORQUE LA BIBLIA CONTIENE POR SI SOLA TODA LA AUTORIDAD."
Sin embargo, recuerda que Sola Scriptura nunca tuvo la intención de negar el valor ni lo útil que son las otras maneras en las que Dios habla, pero sí se refiere a que la Biblia tiene la mayor autoridad que cualquiera de ellas. Todo se somete a la Biblia.
En la edad media, se enseñaba muy seguido que la Biblia y la tradición de la iglesia tenían la misma autoridad. Dios levantó a hombres como Martín Lutero para ir en contra de esa idea. Por lo tanto, en sus famosos debates en Leipzig con John Eck en junio y julio del año 1519, Martín Lutero dijo: “Un simple laico armado con la Escritura es más fuerte que el Papa más poderoso sin ella. ”¹
Casi 20 años después, Martín Lutero escribió: “La regla verdadera es esta: La Palabra de Dios establece la fe, y nadie más, ni siquiera un ángel puede hacer eso."² Esto era un cimiento poderoso de la obra increíble que Dios hizo por medio de la Reforma.
SOMETER TODO A LA BIBLIA Y RECONOCERLA COMO LA VERDADERA AUTORIDAD PARA LA FE Y LA PRÁCTICA FUE UNA REVOLUCIÓN.
Podemos respetar tradiciones y autoridades religiosas, pero nuestra máxima autoridad es la Palabra de Dios dada en la Biblia.
Lo reconocemos aún por encima de las enseñanzas de los Reformadores. Se dice que si Martín Lutero viajara en el tiempo hasta el presente y entrara a una iglesia evangélica (digamos que es una iglesia buena que enseña la Biblia), habrían muchas cosas que él no aprobaría. Para empezar, no aceptaría el hecho de que los bebés no están siendo bautizados. No aprobaría que la Santa Cena no se está haciendo cada semana o en cierta ceremonia. Él probablemente no aprobaría la falta de estructura litúrgica.
En cuanto a esto, yo diría, “Gracias Martín Lutero.” Él y otros reformadores de su tiempo plantaron firmemente la bandera de la autoridad de la Biblia, incluso por encima de su propia autoridad. De hecho, creo que honramos al Dr. Lutero cuando aceptamos su palabra y hacemos lo que sincera y honestamente pensamos que nos dice la Biblia, incluso cuando va en contra del pensamiento y la práctica de Lutero.
Respetamos grandemente a estos hombres del pasado y queremos aprender lo que podamos de ellos. No ignoramos arrogantemente sus pensamientos y conclusiones con el pensamiento de que nosotros sabemos más. Sin embargo al final de todo, nos mantenemos de pie en donde nos dijeron: Sola Scriptura, la Biblia por si misma es la máxima autoridad.