
La mayoría de la comunidad médica, e incluso nosotros que hemos sido entrenados en lo básico, sabemos que el Juramento Hipocrático comienza con la frase,
"LO PRIMERO ES NO HACER DAÑO"
Es el fundamento de la medicina, tanto antigua como moderna. Nuestra premisa es la simple instrucción de hacer el bien, no el mal.
Hace poco conversé con una amiga que está muy alejada de Dios. Ella pensaba que Él tal vez existe, pero declara abiertamente que Él no tiene ningún lugar en su vida. Durante nuestra conversación me dijo, "No puedes medir el bien que la religión ha hecho. Fácilmente puedes medir el daño: las guerras, el chisme, la hipocresía. Pero no puedes cuantificar el bien."
Ciertamente, podía argumentar contra este punto. En ese momento, con esta amiga, pero no lo hice. Simplemente dejé que se asentara esta percepción clara de una mujer moderna que sabe que Dios trae más daño que cualquier otra cosa.
Este es nuestro mundo. Hablamos a una generación de hombres y mujeres que han sido quemados por la iglesia, amargados por la política, antagonizados por moralismo y asqueados con la corrupción. Han visto escándalos y decepciones, han visto a la oración ser utilizada como un soborno y versículos de la Biblia como baratijas. La gracia barata ha rebajado su experiencia de Cristo y les ha causado daño.
¿CUÁL ES NUESTRA RESPUESTA?
La mía es muy simple.
Vive con fidelidad. Busca más la gracia. Pide disculpas por las maldades que tú no escogiste hacer. Permite que el Cristo encarnado quien vivió la vida que nosotros no pudimos vivir y que murió la muerte que no pudimos morir, hable por Sí mismo. Persigue el Evangelio. Predícalo a ti mismo antes de predicarlo a otros. Ama.
Incluso por accidente le hacemos daño a otros. Inclusive con las mejores intenciones experimentamos y causamos sufrimiento. Recientemente fui arrestada por la claridad de esta cita:
"¿Qué tal si este año nuevo nos enfocamos más en las heridas de Jesús y menos en las nuestras? Ambas son reales pero solo las de Él sanan." -Luke MacDonald
LA RESPUESTA ES Y SIEMPRE SERÁ JESÚS
No mires a las cosas hechas en su nombre. Mira a Jesús. No mires a la manera en que nuestro mundo herido causa nuevas heridas. Busca las maneras en las que Él nos invita a ser verdaderamente sanados. No habites en el desánimo ni en la decepción, sino "habita en la tierra, y te apacentarás de la verdad." (Salmo 37:3)
La única generación con la que vivimos es la nuestra. Nuestras decisiones pueden moldear aún mas allá de la generación en la que vivimos. Seamos una generación en la que dejamos un legado de amor fiel y radical por Jesús. Amar a Jesús no hace daño.