
Hoy existe una separación bastante grande entre cristianos, dividiéndose entre aquellos que creen que Dios aún da a su pueblo los dones más milagrosos del Espíritu Santo, y aquellos que creen que Dios dejó de dar estos dones en el primer siglo de la iglesia. Esta separación ha existido por mucho tiempo – antes del surgimiento del Pentecostalismo y el movimiento Carismático. Sin embargo, esos movimientos del siglo XX dieron mucha atención a esta diferencia de opinión entre cristianos.
El desacuerdo se encuentra entre aquellos que creen que muchos de los dones del Espíritu Santo (usualmente refiriéndose al Nuevo Testamento) cesaron con el fin de la era apostólica, y aquellos que creen que el Espíritu Santo continua dando estos dones hasta el día de hoy. Esta última oración simplifica en gran manera el debate sin hablar de las amplias variaciones de posición, pero pienso que es un resumen justo y demasiado simple.
El año pasado (2013) Dr. John MacArthur y Grace Community Church organizó una conferencia llamada Strange Fire (Fuego Extraño), para coincidir con un libro escrito por MacArthur con ese mismo título. Tanto la conferencia como el libro trajeron una energía nueva a este antiguo desacuerdo en el mundo cristiano.
En este debate, definitivamente soy un continualista – creyendo que el Espíritu Santo continua dando estos dones al pueblo de Dios, distribuyéndolos como a Él le place. Creo en el carisma, no en lo carismático, y aún creo que el libro de Chuck Smith Charisma versus Charismania (Carisma contra Carismanía) es uno de los mejores libros cortos y populares basado en el tema. Creo que lo que a menudo se consideran como los dones más milagrosos del Espíritu Santo son para hoy, pero no deben convertirse en el centro de nuestra vida. Sino que en lugar de eso, la alabanza, la Palabra de Dios, y el amor de unos a otros deben ser el centro de la vida congregacional.
Debido a esto estoy radicalmente en desacuerdo con el entendimiento de los dones espirituales entre el pueblo de Dios para hoy del Dr. John McArthur. Estas no son enseñanzas nuevas del Dr. MacArthur; aproximadamente cada 10 años parece sacar otro libro en contra de los dones espirituales y aquellos que se piensan que son para hoy. Al mismo tiempo es importante mencionar que mucho de lo que pasa debajo de los movimientos del pentecostalismo o carismático es tonto, peligroso y sin respaldo. No hay nada malo con el Dr. MacArthur y sus asociados al llamar la atención de los insensatos, peligrosos, e indefensos.
nuestra manera de pensar en cuanto a los dones del Espíritu Santo y su lugar en la iglesia hoy deberían de ser explicados por las propias Escrituras
No obstante – esto es, a pesar de los extremos de la iglesia carismática - nuestra manera de pensar en cuanto a los dones del Espíritu Santo y su lugar en la iglesia hoy deberían de ser explicados por las propias Escrituras. Sin defender a aquellos culpables de la carismanía, estoy feliz de defender a la verdad bíblica y los dones del Espíritu Santo, incluyendo los milagrosos, están disponibles para el pueblo de Dios hoy tal y como se explica en las mismas Escrituras.
Creo que nuestros hermanos cesacionistas están equivocados. No creo que no sean espirituales o que sean deshonestos en sus cimientos. Sé que algunos en el campo continuista tienen a nuestros hermanos cesacionistas en un bajo estima, y sé que muchos del campo cesacionista consideran a las personas con mis creencias con desprecio y menosprecio.
A pesar del desprecio que a veces es dirigido hacia aquellos que creen que aún continúan tales dones, genuinamente amo a nuestros hermanos y hermanas cesacionistas. No pienso que son tontos o no espirituales, aunque sí pienso que están equivocados. Desde mi punto de vista, la razón por la cual existen diferencias está basada en varias premisas equivocadas. No estoy de acuerdo con estas premisas cesacionistas, así que de igual manera no estoy de acuerdo con las conclusiones que provienen de ellas.
Entendiendo la Pregunta
La simple pregunta "¿Continúan hoy los dones del Espíritu Santo?" a veces tiene una respuesta complicada. Existe un sentido en el que todos los cristianos están de acuerdo en que sí continúan hoy, y existe un sentido en el que la mayoría de los cristianos están de acuerdo en que no todo continua de la misma manera como en los días de los apóstoles.
Cuando vemos a los dones del Espíritu Santo como son descritos en el Nuevo Testamento, vemos varias listas diferentes.
• Romanos 12:6-8 menciona los dones de profecía, ministerio, enseñanza, exhortación, dar, liderar, y demostrar misericordia.
• Efesios 4:7-8 y 4:11 habla de los dones (o quizás oficios) de apóstoles, profetas, evangelistas y pastores-maestros.
• 1 Pedro 4:10-11 nos habla de los dones de hablar conforme a la Palabra de Dios y de ministrar (servir).
• 1 Corintios 12:4-11 describe los dones de la palabra de sabiduría, palabra de ciencia, fe, sanidades, milagros, profecía, discernimiento de espíritus, lenguas e interpretación de lenguas.
La mayoría de los dones del Espíritu no son controversiales. No conozco a alguien que discuta que el Espíritu Santo no da el don de enseñanza, el don de hablar, el don de evangelismo, el don de dar y demás. Prácticamente todos los cristianos que creen en la Biblia creen que algunos de estos dones son para hoy, pero algunos creen que algunos de los dones no son para hoy.
De una manera más acertada, la pregunta sería: "¿Todos los dones del Espíritu aplican para hoy? ¿Existen algunos que ya no sean dados por Dios?" Creo que la respuesta para estas preguntas es "Sí, todos los dones del Espíritu Santo son para hoy," con una condición importante. La condición es entender que había un papel fundamental: los apóstoles y los profetas de la era del Nuevo Testamento tenían que dar a luz a las Escrituras del Nuevo Testamento. Este papel autoritativo y fundamental es mencionado en Efesios 2:20, hablando de la iglesia, la unidad familiar de Dios:
Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo.
El fundamento ya está puesto sobre la autoridad de Cristo Jesús, los apóstoles y los profetas quienes nos dieron el Nuevo Testamento. En cierto sentido se puede decir que han habido apóstoles y profetas a través de toda la historia de la iglesia, pero no con la misma autoridad para plantar el fundamento como se describe en Efesios 2:20.
Aparte de esa condición, ¿qué razón tenemos para no creer que los dones milagrosos o sobrenaturales del Espíritu Santo continúan en el presente? Lo creemos porque esto es lo que la Biblia enseña.
Lo que la Biblia Enseña de la Continuación de los Dones
Hechos 2:33, y 2:39 hablan de la promesa del Espíritu Santo – incluyendo específicamente a los dones milagrosos – como una promesa dada a todas las generaciones.
Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oí. . . Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
Pedro explicó el fenómeno extraño y milagroso que la audiencia del día de Pentecostés vio en los discípulos que fueron llenos del Espíritu Santo. Lo explicó como la promesa del Espíritu Santo derramado sobre las personas, y que esta promesa era para las generaciones que estaban por venir (para ti, tus hijos y para todos los que están por venir). No hay ninguna pista de que la naturaleza sobrenatural de este derramamiento tenga fecha de caducidad.
1 Corintios 14:12 y 14:26 nos dicen que la promesa para los dones espirituales – incluyendo los dones milagrosos – es para la edificación del cuerpo de Cristo y cristianos individuales:
Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia. . . ¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación.
Después de todos estos siglos, el pueblo de Dios no tiene menor necesidad de ser edificado (formado y fortalecido).
También tenemos la promesa de Marcos 16:17-18. Algunas personas tratan de evadir este pasaje porque existe una disputa textual en cuanto si fue escrito por Marcos o si fue añadido después. Creo que entiendo la disputa y el debate; sin embargo, la gran mayoría de los escritos antiguos contienen este pasaje, y muchos escritores cristianos primitivos hacen referencia a Marcos 16:9-20 en sus escritos. Los cristianos primitivos sabían acerca de este pasaje y lo aceptaban genuinamente. Marcos 16:17-18 dice:
Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Esta es una promesa simple y bastante directa en contexto dada a quienes están involucrados en esparcir el evangelio – ellos serán imparables, y Dios usará medidas milagrosas para protegerlos y hacerlos más efectivos. Jesús no dio fecha de caducidad o tiempo límite para esta promesa.
El testimonio natural y consistente del Nuevo Testamento es que los dones milagrosos descritos en el Nuevo Testamento no han expirado o sido removidos. Es difícil ver como cualquier persona que haya leído las Escrituras pueda llegar a tal entendimiento. No hay ninguna indicación de que los dones milagrosos cesarían cuando los apóstoles murieran. No hay distinción entre "dones de señales" y lo otros dones del Nuevo Testamento; siempre vienen en un solo paquete.