
En las últimas semanas he estado recibiendo en mi correo electrónico una buena cantidad de promociones para iniciar el año con algún programa de acondicionamiento físico, he recibido consejos para bajar los kilos ganados en diciembre, descuentos para asistentes de nutrición en mi celular o mi propio entrenador personal en el teléfono. Queda claro que la industria explota el deseo de una gran cantidad de personas por mejorar la salud, la condición física e incluso la estética, algo que se ha vuelto tendencia desde hace algunos años. Y es que ponerse en forma y comer saludable es una de las resoluciones de año nuevo más comunes que escuchamos, de hecho, una encuesta realizada por Statistic Brain en 2017, muestra que por mucho esta fue la resolución más popular con un 21.4% de las personas encuestadas.
Sin embargo, sin menospreciar en lo absoluto la importancia del cuidado de la salud física, en la Biblia encontramos las recomendaciones y el énfasis para que cuidemos la salud espiritual. Y en este inicio de año podemos considerar establecer metas que nos ayuden a ponernos o a mantenernos en forma espiritualmente por lo que quiero compartir algunas de esas recomendaciones basado en una pequeña porción de la primera carta del Pablo a Timoteo.
1.- Aliméntate Sanamente
Si enseñas estas cosas a los hermanos, serás un buen servidor de Cristo Jesús, nutrido con las verdades de la fe y de la buena enseñanza que paso a paso has seguido.” – 1 Timoteo 4:6
Pablo aconseja lo anterior a Timoteo, porque sabía que en la Iglesia de Éfeso a donde lo había enviado los cristianos habían abierto la puerta a enseñanzas y practicas no Bíblicas, que de hecho Pablo describe como provenientes de “demonios”, es decir la gente no había desechado su vida espiritual, pero estaba alimentándose erróneamente. Estaban aceptando mandatos y restricciones con el fin de ser más espirituales, pero en lugar de ello estaba produciendo legalismo, y otras consecuencias no deseadas a la vida de esas personas, donde algunos ya se habían alejado de la Fe y otros estaban afectando el testimonio de la Iglesia local.
En contraste, Pablo exhorta a Timoteo para que les hable la verdad de la Palabra de Dios, y se muestre como un siervo digno, bien alimentado con el Evangelio, que es la clave para la sana nutrición. Es sólo en la Palabra de Dios que encontramos los nutrientes necesarios para el desarrollo sano de nuestra vida espiritual. Por ello si entre tus metas del año te has propuesto ponerte en forma espiritualmente hablando, la pregunta obligada es ¿Estás alimentándote apropiadamente para ello? Si no es así necesitas iniciar con tus hábitos de lectura. Para ello existen muchos planes de lectura bíblica y muchos devocionales que pueden ayudarte a iniciar con la disciplina de leer y meditar la Palabra de Dios.
2.- No consumas comida chatarra
“Rechaza las leyendas profanas y otros mitos semejantes.” – 1 Timoteo 4:7a
Pablo no sólo anima a Timoteo alimentarse de la Palabra de Dios, también lo exhorta a desechar aquellas ideas y pensamientos que no tienen ningún valor nutricional para su crecimiento. Hoy en día podemos escuchar una gran cantidad de ideas, modas, filosofías y pensamientos que a pesar de ser populares no aportan nada para nuestro crecimiento espiritual. ¿Qué cosas estás oyendo? ¿Qué ideas son las que estás permitiendo que se alojen en tu mente? Todo aquello que no aporta para tu crecimiento espiritual es comida chatarra. Aparentemente en la iglesia de Éfeso los falsos maestros habían metido ideas falsas influenciados por los filósofos griegos que estaban llevando a los creyentes a privarse de ciertos alimentos y aún del matrimonio buscando una falsa espiritualidad. Es importante entender este punto, ya que no estoy diciendo que no escuches, veas o leas nada que no sea la Biblia, me refiero a que evalúes seriamente si lo que ves, escuchas o lees no es una amenaza para tu crecimiento espiritual, si no va contra los valores y deseos que Dios ha dejado en su Palabra.
3.- Ejercítate
“Más bien, ejercítate en la piedad, pues aunque el ejercicio físico trae algún provecho, la piedad es útil para todo, ya que incluye una promesa no sólo para la vida presente sino también para la venidera.” – 1 Timoteo 4:7b-8
Una alimentación sana y dejar de comer chatarra por si solo no te da una buena condición física como resultado, se requiere de ejercicio, de constancia y de esfuerzo. Dios nos provee de su Palabra para que crezcamos mientras la ponemos en práctica. Es decir, Dios nos alimenta no para que seamos “conocedores” de su Palabra, sino para que seamos “Hacedores” de ella, para que mostremos que aún cuando la verdad del Evangelio nos hace libres, no nos hace desordenados. El llamado que tenemos como hijos de Dios es a la disciplina, al trabajo para crecer en nuestro conocimiento y amor por Él. Sin embargo, siendo nuestro Dios un Dios generoso, no nos impone esta demanda sólo como una obligación, si no que Pablo le dice a Timoteo que vea que el ejercicio de la piedad tiene beneficios mayores y más duraderos que el ejercicio físico. Sin duda es un gran incentivo tener una buena salud, una buena condición o una gran musculatura, pero Pablo nos muestra que conocer cada día más a Cristo y ser formado conforme a su imagen, es mucho más atractivo y duradero. Que Dios toque nuestros corazones para que este 2018 podamos seguir ejercitándonos para crecer en nuestro amor y devoción a Cristo, y ser conformados a su imagen.