
“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.” (Josué 24:15).
¿Qué tan seguido has escuchado los versículos de Josué 24:15 en un sermón evangelístico? “Escogeos hoy a quién sirváis … pero yo y mi casa serviremos a Jehová.” Ciertamente, es un texto increíble para llamar a alguien a poner su confianza en el Señor. Es un pasaje digno para tal exhortación. Sin embargo, creo que a veces nos perdemos de algo de este pasaje que no solo nos conecta a un momento de salvación sino a la obra continua de Dios en nuestras vidas. A menudo tomamos este pasaje como una aplicación de donde depositar nuestra fe, lo cual es bueno, pero hay mucho más. La fe nunca funciona por si sola. La fe demanda una expresión.
UNA FE QUE SOLAMENTE ES UNA ADHESIÓN A LAS CREENCIAS, PRINCIPIOS O AFIRMACIONES DE FE NO ES UNA FE BÍBLICA. LA FE DEBE EXPRESARSE POR MEDIO DEL SERVICIO."
Este es el llamado que Josué le está haciendo al pueblo. No perdamos la simplicidad de este texto que nos enseña que la fe en YAHWEH producirá un servicio a YAHWEH. De hecho, en este capítulo la palabra hebrea “serviremos” es utilizada 17 veces, la última vez como sustantivo, demostrando que Josué era un siervo.
ERES UN SIERVO
En realidad, todos somos siervos. Josué 24:15 establece una afirmación, “Escoge hoy a quien servirás.” Él no dice, “Escoge si servirás o no.” Josué asume que ya estamos sirviendo a alguien. Parece que Bob Dylan acertó en su canción, “Gotta Serve Somebody” (A alguien tienes que servir). Si podemos hacer entender a nuestras mentes que somos siervos, entonces podremos considerar a QUÉ/QUIÉN servimos.
SIRVES EN LA DIRECCIÓN EN LA QUE VA TU CORAZÓN
La idea de que ya estás actualmente sirviendo a alguien puede ser algo rara. Tal vez esto sea porque tus decisiones ya están alineadas a tu corazón. Estás haciendo lo que tu corazón quiere. Josué 24:14 dice que nuestro servicio debe ser sincero y fiel. Sincero significa que es genuino y con integridad. En otras palabras, nuestro corazón está en nuestro servicio. Esto no significa que el servicio es fácil. Piensa en el Apóstol Pablo cuando dice, “Para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.” (Colosenses 1:29). Servir con un corazón nuevo no es algo que sucede sin esfuerzo, es un gran trabajo Sin embargo, la clave para este tipo de servicio se encuentra cuando nuestro corazón encuentra el gozo. Nuestros corazones servirán en donde encuentren amor. Si mi amor se encuentra en la comodidad, mi corazón trabajará para darme comodidad (sirviendo al dios de la comodidad). Si mi amor se inclina hacia el reconocimiento, entonces mi corazón trabajará en servir a otros para mi propio reconocimiento (sirviendo al dios de servir al hombre). Sin embargo, si mi amor se inclina a servir a Dios, entonces mi corazón trabajará para servir con amor a Dios y a otros en gratitud por quien Dios es y por lo que ha hecho.
TU SERVICIO TIENE A OTRAS PERSONAS EN MENTE
Somos llamados a servir a Dios en todas las áreas de nuestras vidas, pero una de las maneras más grandes en la que podemos servirle es sirviendo a otras personas. Esta es una de las menaras en las que amamos a Dios y a nuestro prójimo. Dios nos ha llamado a servirle en la iglesia. No perdamos el aspecto profundamente ignorado de “escoger hoy a quien servirás.” El servicio es práctico y tangible.
Ya que la fe y el servicio van de la mano, ¿por qué es que el 90% del servicio de la mayoría de las iglesias se hace por solo el 10% de las personas? Hasta ahora, nunca he hablado con un pastor que me diga, “Cada área del ministerio tiene las suficiente personas.” El llamado que hace Josué de servir al Señor es un llamado a la fe activa. Ciertamente, Josué no está sugiriendo que el servicio solo sucede dentro de la congregación. Sin embargo, no excluyamos esta área de servicio de nuestras vidas.
TÚ ERES EL RECIPIENTE DE SERVICIO
Nunca vamos a entender el valor del servir a Dios a menos de que veamos cómo es que Él nos sirvió a nosotros. Josué 24:16-17 nos dice la razón por la cual debemos de servir a Dios, “Nunca tal acontezca, que dejemos a Jehová para servir a otros dioses, porque Jehová nuestro Dios es el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre …” Ellos sirven a Dios por que Él les sirvió a ellos primero al liberarlos. El próximo versículo (v.18) nos dice que ellos sirvieron al Señor por que Él los sacó de la tierra. Dios sirvió a la iglesia del antiguo testamento y ellos respondieron con un servicio genuino a Él.
Vemos la nota final en este pasaje de Josué 24:29, “Después de estas cosas murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años.” Josué fue un siervo. Por supuesto, sabemos que otro Josué (Jesús en griego) fue un siervo para nosotros. ¡Él sirvió hasta el cansancio que incluso durmió en una barca durante una tormenta! Jesús sirvió al lavar los pies de sus discípulos y claro, Él te sirvió al tomar la carga de tus pecados en sus hombros, siendo clavado en la cruz. ¡Nuestro Dios nos ha servido bien!
¿CÓMO DEBEMOS PROCEDER?
Aquí hay tres cosas que debemos considerar:
1. Considera lo grande que ha sido el servicio de Dios por ti. Él te ha librado de la esclavitud de tu pecado al gran costo de sí mismo en la cruz.
2. Cuenta el precio del servicio. El servicio toma tiempo y energía. Puede que tengas que cambiar tu rutina para encontrar el tiempo adecuado para servir.
3. Contacta al liderazgo de tu iglesia para servir. Después de haber orado pregunta cuales son las necesidades de tu iglesia.
4. Comprométete con servir. Las grandes necesidades de tu iglesia quizás no sean las áreas en las que te sientes mas talentoso, pero eso está bien.
Dios no nos da dones para usarlos como excusa para no servir en otras áreas.