
En Navidad se gastan más de 650 billones de dólares, toneladas de comida y dulces, es la temporada en que más parejas se separan, incrementan los suicidios, las peleas familiares, el estrés, ansiedad y melancolía, incrementan también los accidentes de tráfico por la ingesta de alcohol, y si vives en un lugar violento, las balaceras y asesinatos se “disparan” en estas fechas.
¿Será ésta la manera de celebrar el nacimiento del Salvador del mundo?... no creo.
Para pasar la mejor navidad de tu vida es necesario volver al propósito original de tan especial fecha, y para ello, sólo podrás encontrar el verdadero significado en el Libro que nos dejó escrito el Celebrado, Jesucristo, esto es Su Palabra, la Biblia.
En el evangelio de Mateo capítulo 2 versículos 1 al 12 encontramos una historia sublime que nos indica la verdadera esencia de la Navidad. En ella, podrás encontrar 3 personajes con 3 reacciones distintas que identificarás actualmente en todos los que participamos de este popular evento.
1. El odioso blasfemo, Herodes:
Este personaje perverso, ególatra, y con sed de poder, se hacía llamar el rey de los judíos porque los gobernaba, y al escuchar a los Magos que venían buscando al Rey de los judíos que acababa de nacer, se turbó, y toda Jerusalén con él. Después investigó diligentemente dónde iba a nacer y le pidió a los Magos que cuando vieran a ese niño regresaran para hacérselo saber para ir a “adorarlo”. Su intención no era para nada esa, sino al contrario, quería eliminarlo, incluso después de esto mandó matar a todos los niños menores de 2 años que había en Belén para asesinar al autor de la vida, pero obviamente no lo logró.
Este personaje es el tipo de hombre que vemos hoy en día que no le interesa en lo más mínimo el Señor, incluso hasta se molesta e incomoda al escuchar de él, pero aprovecha las fechas navideñas para su beneficio egoísta. ¿Conoces alguien así? pues créeme que está muy lejos de poder disfrutar la verdadera navidad y la bendición que hay detrás de este hermoso acontecimiento.
2. Los religiosos indiferentes, los sacerdotes y escribas:
Este grupo de hombres estudiados en las profecías sobre el Mesías por venir escucharon a los Magos que decían que ya había nacido el Salvador y el mismo Herodes los convocó para pedirles el lugar de Su nacimiento, ¿puedes creer que a pesar de ello fueron totalmente indiferentes? Yo esperaba leer en la escritura que ellos, que eran los expertos, fueran los primero en ir e investigar si esto era verdad para conocer y adorar al Mesías, pero ¡no fue así!, simplemente ignoraron esas noticias y siguieron con su vida religiosa sin tomar en cuenta al Creador del universo que acababa de pisar esta tierra en forma de un bebé humano como nosotros, no puedo entender cómo es que no les importó si se suponía que ellos deberían haber estado esperando con ansias este acontecimiento.Este tipo de personas hoy en día son aquellos que conocen la historia del pesebre de Belén, tienen nacimientos en sus casas, van a reuniones a celebrarlo, pero viven ignorando al Señor, sus vidas no reflejan para nada una devoción y búsqueda genuina de él, asisten a los servicios y misas navideños pero salen de esas 4 paredes a vivir una contradicción en sus vidas ofendiendo al Señor del pesebre con sus actitudes y acciones al “celebrar” la navidad. En mi opinión, la mayoría de las personas entran en esta categoría, pero no, tampoco podrán disfrutar la verdadera bienaventuranza de la esencia de la navidad.
3. Los adoradores genuinos, los Magos:
un grupo de hombres sabios que venían de oriente, hasta cierto punto misteriosos al no saber con exactitud su origen, pero hicieron un largo viaje buscando al Rey que había nacido, no los detuvo ni el odioso blasfemo, ni los religiosos indiferentes, ellos tenían sus intenciones muy claras y definidas, venían a adorar al Rey de los judíos. Siguiendo la estrella llegaron hasta Belén y sin dudar llegaron, entraron, se postraron y le adoraron. Además le ofrecieron regalos, oro, incienso y mirra. Estos son los hombres y mujeres que genuinamente adoran al Rey, sus vidas están rendidas, postradas a Su Majestad, viviendo para agradarle en todo. Estos son los que realmente podrán pasar la mejor navidad de todas, al ofrecer en esta fecha estos tres regalos:
a) Oro: el oro es el metal de los reyes, por tradición no te presentabas ante un monarca ancestral sin un regalo de oro. Él es Rey de reyes, este regalo habla de Su realeza, de Su supremacía en nuestras vidas y en todo el universo. Ofrecerle Oro esta navidad es considerarlo el Rey de tu vida, una real pre eminencia real, se trata de Él no de nosotros, Él es la prioridad, no lo que podamos obtener esta navidad, la comida, los regalos, las fiestas, los dulces, etc. Se trata de exaltarle, adorarle, agradecerle, porque siendo en forma de Dios no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó, se hizo como nosotros para redimirnos para Él. Que esta Navidad, el centro de tu celebración sea el Rey Jesús.
b) Incienso: los sacerdotes ofrecían incienso en el templo. Este regalo habla de su sacerdocio, Él es nuestro Sumo Sacerdote. Es ofrecerle nuestra devoción, nuestra constante relación espiritual, que es lo que más se pierde estos días navideños. Irónicamente por el estrés de la fecha y los compromisos familiares tendemos a alejarnos de nuestro Señor, nuestra devoción se ve mermada en medio de tanto ajetreo, nuestra disciplina de estudiar Su palabra y nuestros tiempos de oración se ven amenazados con las presiones de la celebración, ¿no es ilógico? Si estamos celebrándole a Él, ¿no debería ser el tiempo en que más cerca estamos adorándole, agradeciéndole, bendiciéndole? Pues por lo general no es así. Esta navidad ofrece incienso a diario al Señor, una devoción prioritaria por encima de todo, acércate Él, acérquense como familia a adorarle, no dejen que nada los distraiga de ello.
c) Mirra: es una savia que viene de un árbol y se usa de perfume, se usaba también para embalsamar. Habla de muerte, del sacrificio que este hermoso niño haría por todos nosotros. La mirra se tritura para que de olor agradable. Así fue triturado por nuestros pecados. Ofrecer mirra habla de nuestro servicio, de ofrecer nuestros cuerpos en sacrificio vivo delante de Él, de morir a nuestros deseos egoístas y servirle a Él y a los demás. Esta navidad no se trata de qué voy a recibir, sino qué voy a dar, ahí está el secreto de la bienaventuranza, bendecir a los demás. Enseñemos a nuestros niños que se trata de dar así como Dios dio a Su Hijo por nosotros. Si esta navidad cambias el enfoque y vez de buscar para ti buscas el bendecir a los demás, pasarás la mejor navidad de tu vida.
Oro, Incienso y Mirra: Supremacía, Devoción, Servicio.
En resumen, ¿Quieres pasar la mejor navidad de tu vida? Considera realmente al Señor Jesucristo como Rey Supremo dándole toda tu devoción y sirviéndole con toda tu vida, en esta navidad, y todo el año.