
Cuando llegamos a una encrucijada en la vida, buscamos un señalamiento obvio que nos apunte hacia la dirección correcta, pero a menudo nos damos cuenta que el señalamiento es ilegible o inexistente. Esta es una experiencia muy común para casi todo cristiano y puede aplicarse en una variedad de escenografías de nuestra vida cotidiana. Descubrir la voluntad de Dios puede ser confuso y a veces bastante frustrante.
Cuando enfrentamos decisiones también enfrentamos el dilema de intentar descifrar la voluntad de Dios. Creo que hay dos cosas que debemos de tener en mente si vamos a tener éxito en determinar lo que Dios quiere en cualquier situación.
Primeramente necesitamos recordar que todos permanecemos en lo que se llama la voluntad general de Dios. Sin importar quienes somos y la situación que tal vez estemos enfrentando, estas cosas permanecen verdaderas para todos nosotros. Sabemos ciertas cosas de Dios que son verdaderas y estás son constantes en cualquier ecuación que estamos buscando solucionar.
Algunas de estas constantes incluyen lo siguiente:
Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. 1 Timoteo 2:3-4
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12:1-2
pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;.1 Tesalonicenses 4:3
El gran plan de Dios es que quiere salvar almas y hacernos más como Jesús"
Cualquier situación que estemos enfrentando, el propósito de la voluntad de Dios siempre incluirá alcanzar a los perdidos, traernos hacia una entrega a Cristo más profunda y santificarnos––un proceso de hacernos más como Jesús. Cuando buscamos tomar cualquier decisión, acerca de un trabajo nuevo, una relación o una dificultad en el hogar, tenemos que mantener en mente que el gran plan de Dios es que quiere salvar almas y hacernos más como Jesús.
La segunda cosa que tenemos que considerar es que Dios no solamente tiene una voluntad general que nos incluye a todos, sino que también una voluntad específica para cada uno de nosotros. Pablo explica que Dios las "preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (Efesios 2:10). Esa es una manera hermosa de decir que Dios se preocupa en donde trabajamos, con quien nos casamos y cómo vivimos. Mientras caminamos con Él necesitamos aprender a determinar su voluntad para poder caminar por su camino. La Biblia nos da maneras prácticas para poder descubrir su voluntad. Considera estos pasajes.
En quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Colosenses 2:3
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Santiago1:5
Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta. Deuteronomio 4:6
Aprendemos que la sabiduría está escondida en Cristo, con acceso por medio de la oración y se recibe de las páginas de la Biblia. En otras palabras, cuando estamos confundidos podemos ir a Dios en oración y esperar que Él nos hablará por medio de su Palabra. A veces las respuestas son fáciles de encontrar. Tal vez tenemos la idea de algo que queremos hacer y nos enteramos de que la Escritura lo prohíbe.
Recuerdo que al principio de ser salvo yo oraba por todo e incluso le pedía a Dios que bendijera cosas que su Palabra prohibía. Recuerdo estar en una relación que estaba completamente prohibida por la Escritura, sin embargo yo seguía pidiéndole a Dios que la bendijera. Mientras pasó el tiempo la relación colapsó y después aprendí que esta había sido construida sobre principios impíos. Para determinar si algo está prohibido o no, tememos que ver qué es lo que la Biblia dice acerca de este tema.
A veces vamos a encontrar muchísima información. Si estábamos batallando con nuestro matrimonio, la Biblia está repleta con escritura acerca del matrimonio y relaciones. Si comenzamos a aplicar principios bíblicos a nuestras circunstancias, descubriremos que la voluntad de Dios se vuelve muy clara. En otras ocasiones parece que la Biblia es muy silenciosa en el tema. Tal vez no tiene algo que decir en cuanto al asenso de puesto que se te ha ofrecido o si es el tiempo de cambiarse a un nuevo hogar. En estos casos las palabras de Pablo a los colosenses no tienen precio. Él escribió en Colosenses 3:15, “Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.”
Como creyentes, no se nos deja simplemente un mapa que nos guie, sino que también somos llenos del Espíritu Santo de Dios quien nos habla. Cuando sentí por primera vez el llamado de Dios al ministerio y entendí que necesitaba entrenamiento, hice una cita con la universidad cristiana que estaba cerca y a la cual mis amigos asistían. Yo había orado e incluso le pedí oración a algunos de mis amigos cristianos, pero no fue hasta que yo llegué al plantel que escuché al Señor. Fue muy claro que este no era el camino por el que debía de caminar y la claridad vino del sentimiento abrumador de que la paz de Dios se había apartado de mí. A veces podemos tener una gran puerta abierta para hacer algo, sin embargo la paz de Dios es lo que hace falta. Es en esos tiempos cuando debemos de confiar en que el Espíritu de Dios nos está hablando y tiene una ruta diferente para nosotros.
Mientras sigues avanzando en tu relación con Cristo, mantén estos principios en mente y recuerda que Dios desea hablarte. No es como si Él estuviera escondiendo sus caminos de nosotros sino que los ha guardado en su Palabra y nos lo revelará mientras caminamos diariamente con Él.